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SAN CRISTÒBAL:-Un hombre enfurecido por los celos mató a tiros al hijo de su ex –mujer e hirió de gavedad al padre de esta y otro estudiante. Una multitud lo despojó del arma de fuego y le propinó una golpiza, que le mantiene ingresado en el Hospital Juan Pablo Pina. Wilmer Suero de los Sanos, hijo de la señora Dilcial de los Santos, murió cuando recibía atenciones en el Hospital Juan Pablo Pina, al recibir varios impactos de balas, que le hizo Atiles de los Santos Sánchez, de 55 años, quien se presentó a la residencia de su ex mujer en la calle primero sin número del sector de La Guandulera de la zona Norte del Municipio, donde emprendió a tiros contra el estudiante muerto, también hiriendo a Dionisio de los Sanos, de 6 años, al padre de la mujer y a Eury de los Santos Beltre.
El agresor convivía con la señora Dilcia de los Santos
Rodríguez, quien fue secretaria de la gobernación provincial y
actualmente labora en SENASA, y procreó un niño de tres años de edad conocido con el apodo de Pitoto.
Atiles de los Santos Sánchez, quien tiene residencia en la calle Activo del Piedra Blanco del Municipio de Haina, utilizó la pistola marca no legible número 27242, amparada con un supuesto formulario de la Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas.
Al ocurrir el hecho de sangre una multitud del sector de La Guandulera, despojó a Atiles de los Santos Sánchez, de la pistola y le propinó una golpiza y heridas de armas blanca, siendo internado en el Hospital Juan Pablo Pina, donde su estado es delicado.
La señora Dilcial de los Santos, dijo a los oficiales investigadores que en reiteradas ocasiones Atiles de los Santos Sánchez, amenazó con matarla al igual que sus hijos, y salvó la vida porque salió por la puerta trasera pidiendo auxilio.
El cadáver del estudiante, Wilmer Suero de los Santos, de años, fue trasladado al Instituto de Patología Forense, para practicarle una autopsia, mientras, que en la escena del crimen fueron encontrados cinco casquillos de la pistola que utilizó, Atiles de los Santos Sánchez, según explicaron a El Nuevo Diario.
Autor: Carlos Corporàn
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